jueves, 19 de febrero de 2009

Depas chicos, ideas grandes

Los depas chicos son una epidemia creciente en nuestra ciudad. No tengo nada en contra de ellos, es más mis amigos saben que vivo junto a mi hijo en una latita de sardinas pequeña, donde reina el tierno caos. Decía, las viviendas pequeñas representan un gran reto, sobre todo funcional, pues hay que 'meter' como sea los elementos necesarios para vivir con confort, pero sin 'robarle aire' a los habitantes.
La consigna es hacer uso de la creatividad para aprovechar varios rinconcitos de la casa. Para ello hay que tener las cosas claras: cero cachibaches, adiós a las ropas que usabas de bebito(ya bordeas los 30, no te pases!!), chau a las cajas de zapatos que guardas solo Dios sabe con qué fines, good bye máquinas para ejercitarse que usaste solo una vez en tu vida, ETC.
Así las cosas, hay que echar un vistazo a cuánto espacio puede aprovecharse mejor y también al tipo de muebles que podrías tener para maximizar tus metros cuadrados.

Sofácama. Básico para una sala pequeña y propensa a tener huéspedes ocasionales. Los hay de diferentes tipos como podemos observar.
















Sofá-cama y nido. Sea en la sala o en un dormitorio saca de apuros por partida doble. Si tiene camas algo altas no dude en guardar cosas debajo de ellas.



















Librero-cabecera. Aunque no estoy muy de acuerdo con eso de poner cosas sobre la cabeza al momento de descansar, la idea resulta bastante práctica porque por lo general la cabecera es un espacio que no se usa ni para poner cuadros.



















Doble litera plegable. En otros países, empresas de diseño han desarrollado maravillas como esta. Luesgo de su uso, las camas se recogen y forman un muro.





En la cocina, la imaginación debe volar. Procure reposteros altos y bajos y aproveche las puertas de los mismos para instalar mecanismos de almacenamiento como se ve en la foto. Accesorios plegables como el ya conocido planchador que observamos son infaltables en espacios reducidos.


















Estudios. Ambas opciones maximizan el ambiente para crear un área de trabajo. En el primer caso se logra con un mueble multifuncional. En el segundo se aprovecha una esquina para los libreros. Los tonos claros contribuyen a dar una sensación de mayor espacialidad.


















Los baños suelen ser un dolor de cabeza si son chicos. Lo mejor es colocar cajones, cestas o módulos debajo del lavabo o instalar repisas sobre el inodoro. Si está en obra busque accesorios para aprovechar las esquinas (como en el lavadero de la foto). Por último, un espejo siempre ayudará a una mayor amplitud visual.



















La forma del color

Muchas personas cuando recién se mudan a un espacio se encuentran -sin saberlo- frente a un inmenso lienzo, que -por intuicion o técnica- terminan pintando del modo que les agrada. Lo ideal sería que los colores que uno elige para los muros de las distintas habitaciones de la casa nos sigan agradando cuando habitemos la vivienda. A veces pasa que uno puede optar por uno de sus colores preferidos y que al momento de 'habitarlo' simplemente no se sientan cómodos. Es hasta cierto punto normal. A mí me encanta el rojo y ciertamente sueño con una sala de ese color, claro está no podría permanecer ni media hora en ella, huiría hacia un tono más sosegado. No basta saber grandes teorías sobre la psicología del color, simplemente hay que buscar ideas para resolver nuestros problemas cromáticos de tal manera que el resultado sea un espacio confortable, armónico y que invite a quedarse en él.



Si tienes una sala blanca y no te atreves a pintar un muro de un tono fuerte, simplemente busca los acentos de color en los muebles y trata de que los objetos decorativos armonicen con el mobiliario.


Y si te animas por darle cierto carácter, tienes una gama de opciones... una pared anaranjada, verde limón, roja o lila podrían caer bien. Yo pinté la pared de la sala de un depa en el que viví por unos meses de color lila, tenía unos muebles beige y me busqué unos cojines verde limón y lilas (lo malo es que los últimos nunca llegaron); entonces me compré para mi mesa de comedor un camino tejido que combinaba el lila, el verde limón y otros colores más. Así que cerré el tema. Pero, si un muro te parece demasiado, pinta solo las vigas como un pequeño detallito y refuerza ese color combinándolo con cojines o alfombras, si las tuvieras o con el marco de los cuadros o como les acabo de contar.



En los dormitorios el tema cambia, lo ideal es no tener tanto colorinche, sino crear una atmósfera adecuada para el descanso. Una combinación de blancos y beiges siempre queda bien. Si quieren algo de color fuerte, esto puede ir pero en la ropa de cama, aunque si es amplia la habitación pueden arriesgarse por un tono fuerte en alguna pared. Lo importante es que el resultado no perturbe nuestros sueños.


En este tema juega un papel importante la iluminación, el tipo de luz que se emplee puede variar la atmósfera y darle otro cariz al espacio. Pero ese es un tema tan amplio que merece otro post.




Aquí algunos ejemplos....


Fotos tomadas de internet.
















En este estudio se optó por una combinación en vino (que amarra con el piso) y blanco (que juega con la alfombra). Así da gusto trabajar.


















En este espacio el amarillo es el protagonista. Imprime luminosidad sin riesgo a saturar. La mesa combina con parte del menaje y desde luego con el súper amarillo.














Para los espacios pequeños es mejor procurar amplitud visual. Esto se logra con ayuda de los blancos, que en la foto configuran un espacio casi minimalista: pocos objetos decorativos (de hecho la gran lámpara es el centro de atención) y curvas que dinamizan el ambiente.









En este caso el verde limón juega con algunos detalles del espacio como la lámpara, plantas naturales y velas. Su presencia no satura, al contrario es amigable gracias al gris con que se pintaron los demás muros de la sala.